Peopleware, también conocido como infraestructura de oficina, es un término utilizado para referirse al software, las herramientas y los equipos necesarios para apoyar las actividades del personal de una organización. El término se asocia generalmente con la cultura corporativa, las prácticas y los equipos que promueven la productividad y la comunicación entre los empleados. Peopleware es un concepto amplio y puede referirse prácticamente a cualquier tecnología, hardware o software utilizado para apoyar al personal de una organización.
Entre los ejemplos de peopleware se incluyen herramientas de comunicación como el correo electrónico, la mensajería instantánea, las conferencias telefónicas y el software de gestión de proyectos. También puede referirse a elementos como escritorios, puestos de trabajo, sillas de oficina, pizarras blancas o sistemas CRM utilizados para gestionar las relaciones con los clientes. El Peopleware es esencial para que los lugares de trabajo funcionen de forma eficiente y productiva.
El concepto de peopleware surgió en la década de 1980, cuando empezó a despegar la revolución de los ordenadores personales. Las organizaciones empezaron a adoptar herramientas y procesos digitales de forma más generalizada, lo que tuvo un profundo efecto en la forma en que los empleados interactuaban y se comunicaban. Con la llegada del entorno de trabajo digital, se desarrolló el concepto de peopleware, centrado en el elemento humano de las operaciones y procesos informatizados.
Hoy en día, el peopleware es esencial para que las organizaciones sigan siendo competitivas. Las organizaciones recurren al peopleware para aumentar la eficiencia y ahorrar costes, garantizando al mismo tiempo que los empleados sean eficientes y estén comprometidos con sus funciones.
Peopleware es un concepto amplio, y no hay dos organizaciones que tengan exactamente la misma configuración. Sin embargo, el objetivo común del peopleware es facilitar una mejor comunicación, colaboración y organización del personal. Con el peopleware adecuado, las organizaciones pueden garantizar el buen funcionamiento de sus operaciones principales.