Uno de los principales retos a la hora de proteger los datos corporativos es garantizar la seguridad de los correos electrónicos. Para ser eficaz, una solución debe incluir funciones de cifrado para proteger contra el acceso no autorizado y la manipulación de los correos electrónicos. Además, la solución debe permitir a los usuarios controlar fácilmente quién puede ver o modificar sus mensajes, así como proporcionar herramientas para supervisar el tráfico de correo entrante y saliente. Además, es importante que todas las medidas de seguridad se apliquen rápidamente y sin retrasos para garantizar la entrega puntual de los correos electrónicos.
Otro reto importante a la hora de proteger la comunicación por correo electrónico es garantizar el anonimato en todo momento, independientemente de la ubicación. Para ello es necesario contar con una capa adicional de seguridad que incluya procedimientos de autenticación como la autenticación de dos factores (2FA), que requiere un dispositivo móvil del usuario u otro token de hardware para acceder. Además, deben utilizarse algoritmos de cifrado potentes para que, incluso si son interceptados por agentes maliciosos, no puedan descifrar el mensaje debido a su nivel de complejidad. Por último, cualquier servicio que ofrezca protección del correo electrónico también debe tener capacidades de registro rigurosas para que los administradores puedan supervisar la actividad sospechosa en sus redes a lo largo del tiempo y tomar medidas en consecuencia si es necesario.
En general, la seguridad de los datos corporativos a través del correo electrónico plantea numerosos retos, pero con las soluciones adecuadas estos problemas se pueden mitigar de forma significativa, a la vez que se proporciona un medio fiable para que empleados y clientes por igual se comuniquen de forma segura dentro de la infraestructura de red de una organización.