La curva de rendimientos es una representación gráfica del rendimiento (rentabilidad) de un instrumento específico en comparación con otros instrumentos a lo largo de un periodo de tiempo. Por ejemplo, un bono a 10 años puede tener un rendimiento mayor que un bono a 1 año. La representación gráfica suele ser un gráfico lineal o de dispersión, que indicará los cambios del rendimiento a lo largo del tiempo.
En la inversión, la curva de rendimientos se utiliza para analizar y predecir el estado actual y futuro de la economía. Hay tres tipos diferentes de curvas de rendimiento que utilizan los inversores: normal, invertida y plana.
Una curva de rendimiento normal tiene una pendiente ascendente, lo que indica que los instrumentos de deuda a largo plazo tienen tipos de interés más altos que los instrumentos de deuda a corto plazo. Esto indica que la economía va bien y que los prestamistas esperan mayores beneficios de sus inversiones.
Una curva de rendimientos invertida tiene una pendiente descendente, lo que indica que los instrumentos de deuda a corto plazo tienen tipos de interés más altos que los instrumentos de deuda a largo plazo. Sugiere que la economía no va bien y que los prestamistas esperan menores rendimientos de sus inversiones.
Una curva de rendimientos plana es una curva relativamente plana, con poca o ninguna pendiente. Sugiere que la economía es estable y que los prestamistas esperan rendimientos similares para sus inversiones.
En informática, la curva de rendimientos se ha utilizado en la negociación algorítmica y las finanzas cuantitativas. El análisis de la curva de rendimientos se utiliza para desarrollar estrategias de negociación que aprovechen los cambios en la curva de rendimientos a lo largo del tiempo. Por ejemplo, un operador puede comprar un bono a largo plazo si la curva de rendimientos se inclina hacia arriba, y vender un bono a corto plazo si la curva de rendimientos se inclina hacia abajo.