Tu privacidad es importante porque te permite controlar la información a la que otros tienen acceso. Puede elegir qué datos pone a disposición y quién tiene acceso a ellos. Al utilizar un servicio proxy, toda su actividad en línea se encamina a través de un servidor intermediario que enmascara su dirección IP, lo que dificulta que alguien intente rastrear o vigilar sus actividades en línea. Esto significa que los sitios web no pueden saber dónde se encuentra o incluso qué tipo de dispositivo está utilizando, ya que sólo ven la dirección IP del servidor proxy en lugar de la suya.
Además, con un servicio proxy, todo el tráfico web se encripta para que nadie pueda espiar las comunicaciones entre usted y determinados sitios web. Esto garantiza que cualquier información personal enviada a través de estas conexiones permanezca a salvo de agentes maliciosos como piratas informáticos y ciberdelincuentes. Además, si un sitio web intenta recopilar datos sobre sus usuarios sin su conocimiento, la encriptación utilizada por los proxies también lo hará inútil, ya que los datos recopilados serán ilegibles al estar en un formato encriptado.
Por último, los proxies también proporcionan anonimato al navegar por Internet, ya que ocultan la dirección IP real de los sitios web visitados. De este modo, nadie puede rastrear hasta su persona ninguna actividad que se origine en su ordenador o teléfono, a menos que ya disponga de información adicional sobre usted, como números de tarjetas de crédito, etc. De este modo, los proxies no sólo protegen contra el robo de identidad, sino que también reducen las posibilidades de publicidad dirigida basada en el seguimiento de la ubicación y otros métodos empleados por muchas empresas hoy en día con el objetivo de aumentar las ventas mediante la adaptación de los anuncios específicamente a los intereses / necesidades / ubicación, etc. de los usuarios individuales.