El phishing es un tipo de ciberdelincuencia en el que el autor intenta obtener información confidencial como nombres de usuario, contraseñas, datos de tarjetas de crédito y otros datos personales haciéndose pasar por una entidad legítima. Suele implicar el uso de correos electrónicos engañosos, sitios web maliciosos, servicios de mensajería instantánea y mensajes enviados a través de las redes sociales.
Los ataques de phishing suelen llevarse a cabo mediante ingeniería social, es decir, manipulando a la víctima para que crea que los mensajes son legítimos. El atacante suele adjuntar archivos o enlaces maliciosos en el correo electrónico o el sitio web para que, cuando la víctima haga clic en ellos, se instale malware en su sistema. Una vez instalado el malware, el atacante puede acceder al dispositivo, los archivos y la red de la víctima.
Un componente clave del phishing es la ingeniería social. Los atacantes pueden utilizar métodos como la creación de sitios web falsos, el envío de mensajes falsos o el intento de establecer credibilidad afirmando pertenecer a una organización legítima. Estos mensajes fraudulentos suelen contener un elemento de urgencia para inducir una respuesta de la víctima, a menudo pidiéndole que haga clic en un enlace e introduzca información sensible.
Para protegerse contra los ataques de phishing, es importante verificar la autenticidad de los sitios web o mensajes, así como no abrir ningún enlace o adjunto no solicitado que parezca sospechoso. Además, los usuarios deben tener cuidado al facilitar información personal en línea o por teléfono. Las empresas también deben asegurarse de que sus empleados estén al tanto de las últimas estafas de phishing y aplicar medidas rigurosas de ciberseguridad para proteger sus datos.