El pharming es un método de ataque a la seguridad de la información en el que un actor malicioso manipula un dispositivo informático o una red con el fin de hacer que dirija el tráfico desde su destino previsto a una ubicación controlada por el atacante. Esto puede hacerse explotando sistemas informáticos vulnerables o redirigiendo o secuestrando un sitio web o dominio legítimo. De este modo, los atacantes pueden interceptar datos sensibles, como credenciales o información financiera, y también pueden instalar software malicioso (malware) o anuncios llenos de malware.
El pharming puede llevarse a cabo mediante varias tácticas, como el envenenamiento de la caché DNS, en el que los atacantes envían información falsa a un servidor DNS para que proporcione resultados erróneos de búsqueda de nombres de dominio y sitios web. Otra técnica es el secuestro de URL, en el que los atacantes insertan enlaces maliciosos en un sitio web legítimo para redirigir a los usuarios desprevenidos a un sitio web malicioso.
Es importante que los administradores de sistemas identifiquen posibles vulnerabilidades en sus redes y se aseguren de que se toman medidas para prevenir este tipo de ataques. Estrategias como el uso de cortafuegos, protocolos de autenticación y servicios de protección de DNS y redireccionamiento de URL pueden ayudar a prevenir el phishing y otros ataques malintencionados. Además, es importante que los usuarios sean conscientes de las posibles estafas de phishing y tengan cuidado al enviar información confidencial en línea.
El phishing es una amenaza grave y es cada vez más común a medida que los atacantes se familiarizan con las tecnologías que pueden aprovechar para lanzar sus ataques. Por ello, es importante que los administradores de sistemas y los usuarios sean conscientes de los riesgos asociados al phishing y estén preparados para responder en consecuencia.