Malware es un término utilizado para describir software malicioso, incluidos virus, spyware, gusanos, troyanos y otros programas maliciosos. El malware está diseñado para dañar, perturbar, robar u obtener acceso no autorizado a ordenadores o redes informáticas. El malware puede adoptar muchas formas, como programas ejecutables, scripts, contenido activo y otro software. Los programas maliciosos suelen propagarse a través de Internet u otras redes, por correo electrónico o mensajería instantánea, o a través de soportes extraíbles.
El malware puede utilizarse para llevar a cabo diversas actividades, como robar información o interrumpir la funcionalidad de un sistema. Puede utilizarse para espiar a una persona u organización, para obtener acceso no autorizado al ordenador de una persona u organización, para lanzar ataques de denegación de servicio o para modificar o borrar datos.
Los programas maliciosos suelen ser creados y utilizados por individuos o grupos con intenciones maliciosas. Los autores de malware suelen buscar fallos o vulnerabilidades en redes o sistemas informáticos que puedan explotar en su beneficio. Una vez identificadas estas vulnerabilidades, los autores de malware crearán programas o scripts maliciosos diseñados para interrumpir, dañar u obtener acceso al sistema objetivo.
La detección y prevención de programas maliciosos puede realizarse mediante el uso de herramientas antimalware, como programas antivirus, cortafuegos, sistemas de detección de intrusos y otras soluciones de seguridad. Estas soluciones pueden alertar a los usuarios cuando se detectan archivos o actividades maliciosos, y también se pueden utilizar para bloquear el software malicioso entrante.
El malware es una amenaza notoria para la seguridad informática y la privacidad. Es importante que todos los usuarios de ordenadores se aseguren de que sus sistemas están protegidos frente al malware y de que comprenden los riesgos asociados al mismo.