La informática distribuida consiste en utilizar varios ordenadores para resolver un problema de cálculo. Para ello, se ejecutan simultáneamente varios programas en una red de ordenadores. Los ordenadores suelen tener la misma arquitectura de procesador y el mismo sistema operativo, pero no tienen por qué tener el mismo hardware.

La ventaja de la computación distribuida es que permite procesar problemas más complejos de lo que sería posible en un solo ordenador gracias a la mayor cantidad de memoria y potencia de procesamiento que se puede conseguir si la carga computacional se reparte entre varios ordenadores. Esto aumenta la eficiencia global del proceso informático y permite realizar las tareas con mayor rapidez. La computación distribuida también permite una mayor redundancia, lo que significa que si un ordenador de la red falla, los demás pueden hacerse cargo de la tarea de procesamiento.

Las aplicaciones de la informática distribuida se encuentran en varios ámbitos. La computación de alto rendimiento se utiliza para resolver problemas de cálculo intensivo que van desde la investigación médica a la modelización meteorológica y climática. También se utiliza ampliamente en los sectores bancario y financiero para manejar grandes volúmenes de datos. Otras aplicaciones son las bases de datos distribuidas, las aplicaciones web distribuidas, las comunicaciones entre pares y la informática grid.

La informática distribuida es cada vez más popular por muchas razones. Es más barata que las soluciones de un solo ordenador, reduce el consumo de energía y permite un procesamiento de datos más rápido. Además, la informática distribuida se considera más segura, ya que un único punto de fallo no provoca necesariamente el fallo de toda la red.

Para construir un sistema informático distribuido, es necesario disponer de varios componentes. Cada ordenador del sistema debe tener una copia del código fuente y los recursos de hardware deben estar coordinados. Además, los ordenadores deben estar conectados entre sí a través de una red de comunicación que permita la transferencia de datos. Por último, una capa de middleware, como MapReduce, debe estar presente para coordinar los diversos componentes.

La informática distribuida es una tecnología en constante evolución y cada año surgen nuevas aplicaciones. A medida que se dispone de nuevo hardware, siguen surgiendo nuevas oportunidades en el campo de la informática distribuida. No cabe duda de que esta tecnología seguirá siendo una parte importante de la informática y tendrá un impacto cada vez mayor en la industria.

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