La red cliente-servidor es un tipo de arquitectura de red utilizada en redes de área local (LAN) y redes de área extensa (WAN). Se basa en el modelo informático cliente-servidor, en el que los distintos dispositivos de la red actúan como "clientes" o como "servidores". En una red cliente-servidor, uno o varios ordenadores cliente solicitan y reciben información de un servidor central.
Una red cliente-servidor suele utilizarse para compartir recursos entre muchos usuarios de una red geográficamente dispersa. Los tipos más comunes de recursos compartidos son archivos, páginas web y aplicaciones. Cada ordenador o estación de trabajo cliente es responsable de ejecutar sus propias aplicaciones y acceder a los recursos compartidos que necesita desde el servidor a través de una conexión de red.
El servidor es responsable de proporcionar servicios a todos sus clientes. Ejecuta las aplicaciones del lado del servidor y proporciona acceso a los dispositivos de almacenamiento y otros recursos que necesitan los clientes. El servidor también puede encargarse de gestionar los datos y proporcionar servicios de seguridad como autenticación y cifrado.
Las redes cliente-servidor son muy comunes en entornos empresariales y educativos. Permiten a los usuarios de la red compartir recursos, colaborar en proyectos y comunicarse en tiempo real. Las redes cliente-servidor también ofrecen mayor fiabilidad y seguridad de los datos que las redes entre iguales.
Los protocolos de red cliente-servidor más conocidos son TCP/IP, SMTP y FTP. Estos protocolos proporcionan el marco para las comunicaciones entre clientes y servidores, y son esenciales para el buen funcionamiento de una red cliente-servidor.
Para obtener un rendimiento y una seguridad óptimos, las redes deben diseñarse para satisfacer tanto las necesidades de los usuarios como los requisitos técnicos del hardware y el software. Los administradores de red deben tener experiencia en la instalación, configuración y resolución de problemas de redes cliente-servidor.