El aprendizaje autosupervisado es una técnica de aprendizaje automático en la que un sistema utiliza datos de entrada para construir un modelo predictivo en el que no es necesaria la intervención humana para etiquetar los datos. Funciona utilizando datos no estructurados para ayudar a la máquina a identificar patrones, correlaciones y tendencias que puede utilizar para clasificar y predecir con precisión nuevos datos. A diferencia del aprendizaje supervisado, que requiere la intervención humana para etiquetar los datos, el aprendizaje autosupervisado permite a un sistema aprender sin ninguna intervención manual.

El concepto de aprendizaje autosupervisado surgió a partir del aprendizaje por refuerzo, desarrollado por primera vez a finales de los años cincuenta. Desde entonces se ha convertido en su propio campo de estudio y se ha generalizado su uso en diversas aplicaciones prácticas en campos como la visión por ordenador, el procesamiento del lenguaje natural, la robótica y la bioinformática.

El aprendizaje autosupervisado se divide en dos categorías principales: aprendizaje preentrenado y aprendizaje en línea. El aprendizaje preentrenado utiliza conjuntos de datos existentes para crear un modelo predictivo, mientras que el aprendizaje en línea actualiza continuamente sus modelos a medida que adquiere nuevos datos.

El aprendizaje autosupervisado preentrenado funciona tomando un conjunto de datos etiquetados y entrenando un modelo con ellos. El modelo se utiliza entonces para identificar patrones en los nuevos datos y hacer predicciones basadas en esos patrones. Este método se utiliza para conjuntos de datos demasiado grandes para ser etiquetados por humanos, como los conjuntos de datos de imágenes para aplicaciones de visión por ordenador.

El aprendizaje autosupervisado en línea, también conocido como aprendizaje por refuerzo, es un tipo de aprendizaje automático en el que se entrena a un sistema para que ajuste su comportamiento en función de la información que recibe de su entorno. Este tipo de aprendizaje permite a un sistema aprender con el tiempo y adaptarse a nuevas situaciones y datos.

El aprendizaje autosupervisado puede utilizarse en diversas aplicaciones, desde la visión por ordenador hasta el procesamiento del lenguaje natural y la robótica. Es una poderosa herramienta que tiene muchos usos potenciales, y es probable que se convierta en una parte aún más importante del aprendizaje automático en los próximos años.

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