La corrupción de datos es un proceso en el que los datos informáticos se alteran de forma involuntaria o malintencionada, lo que provoca errores en los programas informáticos, datos inaccesibles o la caída completa del sistema. La corrupción de datos puede ser intencionada, causada por agentes malintencionados, o accidental, resultado de un mal funcionamiento del ordenador, un corte de energía o un error humano.
La corrupción de datos suele dar lugar a información inexacta o inutilizable. Los síntomas comunes de corrupción de datos incluyen archivos perdidos o ilegibles, fallos en el funcionamiento de las aplicaciones, errores en la transferencia de datos o cambios inesperados en la información. Además, los datos dañados pueden alterar el funcionamiento del sistema informático y la forma en que los usuarios interactúan con él.
La corrupción de datos puede deberse a diversos factores. Las causas más comunes incluyen virus, malware, daños físicos en el disco duro y errores accidentales del usuario. Los agentes maliciosos (como hackers y ladrones de identidad) también son capaces de corromper datos si consiguen acceder a un sistema informático.
La corrupción de datos es peligrosa porque puede provocar la pérdida de información importante, inestabilidad del sistema, interrupciones del servicio y pérdida de confianza de los clientes. Por ello, las organizaciones, especialmente las que dependen en gran medida de sistemas informáticos, deben estar atentas para proteger sus datos y hacer copias de seguridad periódicas para reducir el riesgo de corrupción de datos. Además, las herramientas de seguridad de datos, como cortafuegos, cifrado y software antivirus, pueden ayudar a proteger los datos de agentes maliciosos.
La corrupción de datos puede ser difícil de detectar y reparar. En la mayoría de los casos, los archivos o datos dañados requieren software especializado para identificar y reparar los errores. Por lo tanto, las organizaciones deben invertir en herramientas de recuperación y prevención para mantener los datos a salvo de agentes maliciosos o errores accidentales.