Cracking es un término utilizado para describir el proceso de descubrir, eludir o saltarse las medidas de seguridad de un ordenador, lenguaje de programación o sitio web. El cracking se puede utilizar por diversas razones, como por ejemplo para cometer actos maliciosos o delictivos, o para obtener acceso a un ordenador o a sus recursos. Dependiendo del método utilizado, el ciberdelincuente puede obtener acceso a cualquier cosa, desde contraseñas a archivos confidenciales, o incluso el control de todo el sistema.
Los crackers suelen utilizar varios métodos de ataque, como explotar vulnerabilidades de seguridad, utilizar código malicioso o descifrar datos cifrados. En algunos casos, pueden utilizar métodos basados en diccionarios para adivinar contraseñas o nombres de usuario, o utilizar ataques de "fuerza bruta" para descubrir combinaciones de palabras o números. Cada técnica o método puede tener sus propias ventajas o desventajas, pero al final, todos permiten acceder a un sistema seguro.
Es posible impedir las actividades de cracking con un conjunto adecuado de medidas de seguridad. Los cortafuegos, el cifrado de datos y los parches de software son las herramientas de protección más utilizadas para impedir el acceso a un sistema. Probar el sistema de seguridad con regularidad y educar al personal sobre las medidas de seguridad adecuadas también son esenciales para cifrar y proteger los datos sensibles.
El cracking es una actividad ilegal en la mayoría de los países y puede acarrear diversas penas en función de la gravedad. Ser consciente de esta actividad y tomar las precauciones necesarias puede ayudar a proteger los datos y los sistemas informáticos de accesos no autorizados.