Arranque es un término utilizado para describir el proceso que tiene lugar cuando se inicia o reinicia un ordenador. Este proceso implica que el ordenador inicializa su hardware y carga un sistema operativo y el software asociado.
Al arrancar un ordenador, el proceso comienza con el sistema básico de entrada/salida (BIOS) realizando una serie de comprobaciones en el hardware conectado, como la memoria, las unidades y otros componentes. Una vez comprobado el hardware, la BIOS intentará arrancar desde un dispositivo de almacenamiento, normalmente un disco duro o una unidad USB. El dispositivo de arranque contiene información sobre cómo localizar y ejecutar el sistema operativo.
Una vez localizado el sistema operativo, se carga en la memoria principal del ordenador y comienza a ejecutarse. Dependiendo del sistema operativo, el proceso de arranque puede implicar la carga de controladores y otros servicios del sistema antes de presentar al usuario una interfaz gráfica de usuario o un botón que pulsar para acceder a la pantalla de inicio de sesión.
El arranque de un ordenador es un proceso importante, ya que garantiza que todos los componentes de hardware y software funcionen correctamente y que el ordenador funcione de forma segura y saludable. Sin pasar por el proceso de arranque, un ordenador puede volverse vulnerable a amenazas de seguridad y otros problemas.
Además del proceso de arranque rutinario, algunos usuarios de ordenadores pueden encontrar problemas al arrancar un sistema debido a un virus, hardware defectuoso o una BIOS mal configurada. Para diagnosticar y resolver estos problemas, es posible que los usuarios necesiten utilizar herramientas específicas y solucionar los problemas de los distintos componentes que intervienen en el proceso de arranque.