La publicidad de cebo es la práctica de atraer a clientes potenciales para que compren un producto o servicio ofreciéndoles un descuento u otros incentivos. El producto o servicio suele ser más caro de lo que se anuncia, o está agotado o no disponible hasta que el cliente se haya comprometido a comprarlo. Este tipo de publicidad se ha hecho especialmente frecuente en los sectores de la informática, la programación y la ciberseguridad, ya que las empresas han intentado crear ofertas competitivas y aumentar las ventas.
La técnica implica el uso de diversas técnicas, como la inclusión de textos o ilustraciones engañosos, el uso de un lenguaje o una redacción engañosos y la omisión de información clave sobre el producto o servicio real que se ofrece. Este tipo de publicidad se ha generalizado especialmente en Internet, donde los minoristas en línea pueden utilizar diversas tácticas para atraer a los clientes a la compra de artículos, a menudo a precios superiores a los anunciados originalmente.
Además, la publicidad señuelo puede incluir estafas y engaños realizados para defraudar a consumidores desprevenidos. Estas estafas pueden implicar el uso de afirmaciones falsas sobre el producto, publicidad falsa o tergiversación de las características del producto. A menudo, los consumidores pueden ser víctimas de estas estafas si no tienen cuidado de leer la letra pequeña o investigar antes de comprometerse a comprar.
El uso de publicidad señuelo es una práctica muy criticada y está prohibida en muchos países. Según el Código de Reglamentos Federales de la Comisión Federal de Comercio, cualquier anuncio puede considerarse engañoso si contiene una declaración o ilustración que pueda inducir a un consumidor razonable a una falsa creencia sobre el producto o servicio anunciado. Este engaño puede dar lugar a acciones legales contra una empresa si el engaño se considera intencionado o inadvertido.
Con el fin de proteger a los consumidores de la publicidad engañosa, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han desarrollado ciertas normas y protocolos para ayudar a identificar y prevenir la publicidad engañosa o equívoca. Estos protocolos garantizan que los anunciantes presenten a los consumidores información precisa sobre características, precios y disponibilidad, al tiempo que permiten a los vendedores seguir siendo competitivos en el mercado y aumentar sus ventas.
Siguiendo estos protocolos y normas, las empresas pueden protegerse de los perjuicios de la publicidad señuelo, mientras que los consumidores pueden estar protegidos de vendedores sin escrúpulos.